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Leía hace unas semanas un artículo muy interesante en el que le preguntaban a algunos de los mejores chefs de nuestro país qué preparaban ellos para cenar cuando llegaban a casa cansados y no tenían nada en la nevera. Sus recursos, que contaban con el visto bueno de la Academia Española de Nutrición y Dietética, se apoyaban en ensaladas, elaboraciones sencillas y una despensa en la que siempre había algo rápido de lo que tirar.

Ya sabéis que yo trato de apoyarme en el batch cooking, que preparo durante el fin de semana, para tener siempre algo saludable en la nevera. Además de varios platos de verduras ya cocinadas, suelo tener un poco de carne de pollo o pavo ecológica,  o huevos ecológicos para completar. Pero hay semanas más complicadas, en las que durante el fin de semana no me ha dado tiempo casi a cocinar, o a hacer compra, y días en los que acabamos tan cansados, que comeríamos cualquier cosa. Por supuesto, a mi también me pasa…

¿Cómo me organizo yo para que cenemos algo rápido y saludable en casa esas noches? Creo que la clave, como en el caso de los chefs, está en la despensa. Tener siempre recursos para preparar enseguida, o cosas que se pueden comer casi sin elaborar, es básico para no caer en los procesados no saludables. Estos son mis 10 básicos que nunca fallan.

10 cosas que no faltan en mi despensa

Conservas de pescado en aceite: Da prioridad al bonito sobre el atún, porque es un pez más pequeño y tiene menos metales pesados. En casa también tomamos sardinas o caballa. Elígelas siempre en tarro de cristal, para evitar los tóxicos de las latas; ahora ya las tienes así en cualquier súper. A mi me gustan las de Ortiz.  

Conservas de verduras: También en tarro de cristal y ecológicas, para que no lleven acidulantes (mira en los ingredientes que solo lleven agua y sal) . Siempre tengo espárragos, por ejemplo, y también alcachofas en aceite, teniendo en cuenta que sea de oliva.  

Bolsas de vegetales cortados para ensalada, como rúcula o canónigos: Estos me cuesta mucho más encontrarlos ecológicos en el día a día, y además las bolsas de plástico en las que vienen no son sostenibles. Pero lo pongo en la balanza y pienso que me compensa más tomar una ensalada aunque no sea ecológica, que no tomarla, o acabar tomando un sándwich o cualquier cosa.

Salsas preparadas en la nevera: Suelo dedicar algún ratito, una tarde de la semana, a hacer alguna salsa o paté, que se conservan bien en la nevera, como el pesto de kale que os compartía esta semana en Instagram o el paté de pimientos y nueces, para ponerlas de acompañamiento de vegetales o ponerlas simplemente sobre una tostada, y tomar algo sano en un minuto.

Pan congelado: Imprescindible, tener pan bueno congelado siempre. El que tomamos en la familia es de masa madre y harina de espelta o centeno integral, y también congelo el pan low carb que hago para mi, o el que compro de Naturseed.

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Cremas de frutos secos: Nunca faltan en la nevera las de avellana, almendra, o tahini.  Son muy nutritivas y perfectas para acompañar de verduras o para untar. Con tahini preparo esta salsa green tahini que es deliciosa como aderezo de una ensalada, o simplemente lo mezclo con limón y aceite de oliva para aliñar. ¡Nos encanta!

Frutos secos naturales: Perfectos como snack o para completar una ensalada.

Bastoncitos de verdura: Suelo pelar tres o cuatro zanahorias, pepinos y apio y los conservo sumergidos en agua en un recipiente en la nevera. Quedan perfectos.

Verduras congeladas: Elige las que sean naturales, sin aditivos.  

Preparados saludables: Suelo tener en la nevera, para usar de manera muy puntual, algunos preparados saludables que compro en algún supermercado, tipo falafel o hummus.  Es la última opción cuando todo lo demás falla… pero es bueno tenerla debajo de la manga. ¡Que tengáis una feliz semana!

Un abrazo,

Verónica Mas